Audios | Estudios | Conferencias

Epístola de Santiago (Series I y II)

La epístola de Santiago es, en mi criterio, uno de los documentos más importantes del Nuevo Testamento. Repasando la historia del primer siglo de la Iglesia, no se puede llegar a otra conclusión de que fue escrita por un hermano de Jesús de Nazaret. En este sentido hay que recordar que  este autor, y en un momento providencial de su vida, tuvo que experimentar un cambio de mente y de  manera de pensar, dado que la Palabra de Dios novotestamentaria nos dice, respecto de la actitud de la familia de Jesús, que ni aún sus hermanos creían en él.

La carta tiene como finalidad básica y fundamental recordar a los creyentes el Sermón de la Montaña. Fue con toda posibilidad el primer documento escrito que tuvieron las Iglesias en los primeros años de la década de los cuarenta del siglo primero. En esta carta Santiago pone delante de los cristianos, de todos los tiempos, las características de una Iglesia religiosa. Las iglesias, en época tan temprana, estaban dejando de ser un organismo, para convertirse en una organización; es decir, para convertirse en entidades religiosas. Hoy, más que nunca, es necesario volver a considerar el extraordinario contenido de este primer documento cristiano, y a la vista del mismo considerar la situación y la actitud de la IGLESIA, especialmente en el mundo occidental, para ver que sentido de IDENTIDAD tenemos. En la epístola se mencionan más de 12-14 características de lo que es una Iglesia religiosa. En cada capítulo se hace una referencia clara al Sermón del Monte. Para incluir este escrito en el Canon Novotestamentario  hubo importantes discrepancias, sobre todo por parte de aquellos que pensaban que el contenido de Santiago se oponía a la doctrina paulina de la justificación por la fe. Nada más lejos de la verdad. Ya en el capítulo primero el autor deja claro el concepto del nuevo nacimiento o la regeneración por la Palabra de Dios, actuando en la esfera de la intimidad del ser humano (Sant 1:18).

En el siglo XVI, con el presupuesto de la sola Fe, la sola Gracia y la sola Escritura, se intentó volver a las fuentes del cristianismo. No obstante el reformador más destacado, Martín Lutero, nunca acepto la epístola de Santiago como palabra inspirada por Dios y digna de figurar en el Canon Novotestamentario. Le parecía que era una epístola de paja y carente de todo contenido evangélico. Veía en ella la defensa de la salvación por las obras y por consiguiente contraria a la doctrina de la justificación por la fe defendida por Pablo en las cartas a los Romanos y a los Gálatas.

Históricamente el cristianismo nace del judaísmo y además el fundador del cristianismo era un judío: Jesús de Nazaret.

A las iglesias, a las que el documento va dirigido, se las califica de SINAGOGAS (Sant 2:2, donde el término congregación en el original griego es Sinagoga). La carta dedica mucho de su contenido a demostrar que la fe sin obras es un cadáver, y por consiguiente intrascendente tanto para creyentes, como para incrédulos. Hay en este magistral escrito una clara defensa de los pobres frente al poder depredador de los ricos. Dicho de otra manera Santiago considera que es un deber importante de la Iglesia, en cualquier época de la Historia la denuncia profética, tanto para los cristianos, que pretenden servir a Dios y al Mundo (al Sistema), como para los incrédulos. Si los cristianos hubiéramos seguido las advertencia de Santiago muchos istmos nunca hubiera sido necesario que se levantasen ante la impiedad de los poderosos que reprimen y detienen con injusticia la verdad. Dios advierte a los poderosos de manera muy solemne y consuela a los ofendidos y oprimidos recordándoles que cuando vuelva el Señor Jesucristo establecerá un Reino de paz, amor y libertad imperecedero. Es la epístola del nuevo nacimiento, de la fe y de las obras, de los pobres indefensos y de los poderosos inmisericordes, de la Parusía o segunda Venida de Cristo y del establecimiento definitivo del Reino de Dios a todos los niveles y en todas las esferas de la REALIDAD.

1. Introducción

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

2. Santiago I. Cap. 1. 1-11

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

3. Santiago I. Cap. 1. 12-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

4. Santiago I. Cap. 1. 12-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

5. Santiago I. Cap. 1. 12-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

6. Santiago I. Cap. 1. 14-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

7. Santiago I. Cap. 1. 14-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

8. Santiago I. Cap. 1. 18-24

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

9. Santiago I. Cap. 1. 22-27

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

10. Santiago I. Cap. 1. 25-27

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

11. Santiago I. Cap. 2. 1-13

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

12. Santiago I. Cap. 2. 1-13

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

13. Santiago I. Cap. 2. 14-20

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

14. Santiago I. Cap. 2. 14-26

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

15. Santiago I. Cap. 2. 24-30

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

16. Santiago I. Cap. 3. 3-12

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

17. Santiago I. Cap. 3. 13-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

18. Santiago I. Cap. 4. 1-10

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

19. Santiago I. Cap. 4. 4-17

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

20. Santiago I. Cap. 5. 1-6

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

21. Santiago I. Cap. 5. 7-11

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

22. Santiago I. Cap. 5. 10-16

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

23. Santiago I. Cap. 5. 17-20

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago

2ª SERIE

1. Santiago II. 1.1-11

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

2. Santiago II. 1.12-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

3. Santiago II. 1.19-27

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

4. Santiago II. 2.1-13

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

5. Santiago II. 2.14-26

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

6. Santiago II. 3.1

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

7. Santiago II. 3.2

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

8. Santiago II. 3.3-12

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

9. Santiago II. 3.13-18

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

10. Santiago II. 4.1-10

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

11. Santiago II. 4.11-13

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

12. Santiago II. 4.13-17

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

13. Santiago II. 5.1-6

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2

14. Santiago II. 5.7-20

por J. M. Gonzalez Campa | Epístola de Santiago. Serie 2